Correa y Filipe Luis celebran el gol del Atlético. (FOTO: atleticodemadrid.com) |
El Atlético de Madrid empató ante el Villarreal en el Estadio de la Cerámica (1-1). Un punto que se puede mirar desde el lado positivo o desde un lado más agrio.
Y es que los rojiblancos, poniéndonos en el lado más dulce, lograron puntuar en un estadio en el que sus últimas tres visitas habían sido derrotas y ante un equipo que no se le da nada bien a Simeone. Además, según transcurrió el partido, la igualada se puede dar por buena, después de que, tras hacer lo más difícil, que era adelantarse en el marcador, el equipo se echará, una vez más, atrás y los amarillos lograran empatar el partido. A partir de ahí, el Atlético pudo caer derrotado si no llega a ser, otra vez, por el que, para muchos y para mí, es el mejor portero del mundo, Jan Oblak. Por todo ello y porque la Liga está muy igualada, los rojiblancos pudieron salir contentos de la Cerámica.
Sin embargo, este empate tiene su lado negativo. Ya que el Atlético volvió a tropezar en este campeonato y ya son cinco partidos en los que los de Simeone se dejan puntos. Además, hay que añadirle que volvió a ser fuera de casa, una cuenta pendiente esta temporada. Tan solo han logrado una victoria (Getafe) en las cinco salidas de Liga. Para ser campeón, no se pueden permitir esos lujos. Y encima, tampoco se está aprovechando los tropiezos de los rivales más directos, y es que a pesar de que el Real Madrid lleva cuatro partidos sin ganar, tan solo les sacas dos puntos. Y con el Barcelona, peor: te aventaja en dos puntos, tras haber pasado una muy mala racha. Por último, en lo deportivo, el equipo se quedó sin ideas tras el empate y dio por bueno un punto que, si quieres aspirar a ser campeón, debería saber a poco cuando no son los primeros que cedes esta campaña.
Pero bueno, esto no para y ya está aquí la Champions y la visita a Dortmund. Y eso ya es otra historia.
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