Thomas Lemar durante el partido ante el Real Madrid. |
La escandalosa goleada que le endosó el Atlético al Real Madrid en la pasada madrugada del viernes al sábado dejó a muchos jugadores rojiblancos elevados a los altares. A pesar de que se trataba de un amistos, los de Simeone se tomaron el partido como una final, fieles a la filosofía de que cada vez que se ponen la camiseta del Atlético tienen que dejarlo todo en el campo.
Pocas pegas se pueden poner a ninguno de los futbolistas rojiblancos que jugaron. Aunque algunos destacaion por encima de otros. Diego Costa, con cuatro goles y un estado de forma asombros; Joao Félix, con su descaro y su papel decisivo en tres cuartos de cancha; Saúl y Koke comandando un centro del campo sin un pivote defensivo; Vitolo, que volvió a marcar esta pretemporada y los laterales Trippier y Lodi, que fueron flechas por las bandas y que permitía que el equipo de Simeone atacara hasta con seis jugadores.
Sin embargo, hay un nombre que sigue creciendo a las órdenes del técnico argentino. Se trata de Thomas Lemar. El francés se ha quedado sin dos de sus grandes amigos y compatriotas en el vestuario, como eran Griezmann y Lucas. Pero, más allá de venirse abajo, está demostrando que este puede ser su año tras una temporada donde no cumplió con las expectativas que le exigían los 70 millones de euros que costó.
No es fácil adaptarse al estilo de Simeone, si encima eres un jugador con tendencia ofensiva. Eso le pasó la pasada campaña al ex del Mónaco. Su llegada prometía calidad, verticalidad y regate. Sin embargo, tuvo un papel mucho más defensivo y sacrificado. Algo que le llevaba a no prodigarse con la misma frescura en ataque.
Aún así, esta pretemporada parece que se está viendo a un Lemar diferente. Tendrá que defender, pero también está más adaptado y más asentado. Mucho más descarado en ataque y sintiéndose un miembro importante en la plantilla en este segundo año como rojiblanco: siempre ha contado con la plena confianza de Simeone.
Ante el Real Madrid pudo pasar desapercibido ante la oleada de goles de sus compañeros, pero se movió, regateó, asistió, disparó y lideró. La competencia hace más buenos a los jugadores y el francés tiene bastante esta campaña. Algo que parece que le ha hecho espabilar. Debe ser el año de amortizar lo que costó. Debe ser el año de Thomas Lemar.
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